Deja que yo te quiera hoy alma mía,
deja que el gran amor que me destruía,
atraviese el cristal de tu armadura,
y al fin cese en mi ser toda amargura.
Deja en pequena rendija, una puerta,
donde penetre en ella mi ternura,
luz infinita que abrace con locura,
gozandose a tu alma estando abierta.
Que aprisa por última vez te quiera,
el corazón cansado entre la brisa,
carente ya de tiempo y de sonrisas,
déjalo ser feliz antes que muera.
Recibe este poema como un beso,
regalo del tormento en embeleso,
que de tanto sufrir se quedó tieso,
y ya sin ganas de escribir mas versos.
Raquelinamor
Miami 2021