Cuando la miro, suspiro,
se me escapa el corazón
y es que es tanta mi obsesión
que por doquiera la miro;
todas las noches deliro
en medio de mi pasión,
es la auténtica ilusión
que más venero y admiro;
esa carita divina,
esa mirada feliz,
esa forma en que camina,
siempre me invita al desliz:
con su sonrisa conmina
a, entre sus brazos, vivir...