Tu pelo es verde y mi actitud serena.
No sé si es mejor una carta o un poema.
Tu pelo es negro y mi actitud blanquita,
gran contraste y diferencia,
pues de tu pelo a mi cintura,
hay sólo un paso.
Tu pelo es bonito, seco y blandito.
Mi alma es trémula y limpita.
A veces se mal-expresa
y otras se atraviesa.
Pero siempre con buenas intenciones;
lo juro.
Tu pelo es radiante y sedoso,
mi mente es brillante y fogosa.
No pretendía asustarte, lo juro.
Juro solemnemente que sólo quería besar tus mejillas,
y retorcer mi cuerpo de amor si hubiera sido posible.
Juro que no iba con malas intenciones, más bien provocar
sonrojos en tus ojos cual lindas canciones.
Perdón si te he ofendido,
mi comentario no iba por esos tiros.
Sólo quería hacerte sentir bien,
decirte un cumplido.
Y no sé si crees que se ha cumplido,
pero para mí es real y es cierto.
Eres guapa, ¡Y Jo! ¡¡Que no te miento!!
¡¡¡Que así lo digo y que así lo siento!!!
¿No me crees?
¿Cuántos han de ser mis intentos para demostrártelo?
¿100, 200, 1000?
Sólo digo lo que pienso.
Y no, no me arrepiento.
No me arrepiento de habértelo dicho.
Porque entonces mi dicho quedaría desdicho, y tampoco quiero eso ni ponerlo en contradicho.
¡Así que, lo dicho, que eres muy guapa, admirable y amable
y que quiero que salgas conmigo!