Por faltas y bromas estúpidas
del servicio celestial me degradaron
a un irrelevante mensajero,
bajando y subiendo la escalera seráfica,
un intermediario de poca importancia,
mis alas más bien una carga torpe
Agarré con toda mi fuerza pero por nada sirvió,
la tormenta me ganó,
y por una ráfaga fuerte mi equilibrio perdí,
mis alas de miedo paralizadas,
cual una hoja cortada hacia abajo flotaba,
hasta el mundo de los humanos
Con mis alas rotas y con temor
a este mundo de belicosidad llegué,
la inhospitalidad de invierno me esperaba,
mi morada una cueva fría y húmeda,
las luces de la noche por cortesía
de mis vecinos las luciérnagas
En las vísperes de la navidad
intenté volar a buscar un pueblo,
para sentir el mensaje de amor y hermandad
de padres con hijos cantando villancicos,
pero el cielo nubló,
y un viento con lluvia
con alas lesionadas a una aldea me llevó,
en donde vi una casita humilde,
a donde una joven y madre iban de regreso,
llevando a cuestas madera para la estufa,
en este momento me di cuenta de mi vocación,
me quedaré con ellas estas navidades,
y tal vez para siempre,
como su ángel de la guardia y así
encontrando mi propia epifanía.
David Arthur ©®