Nuestros familiares se marchitan frente a nuestros ojos y a veces es muy difícil lograr verlo. Si pusieras un poco de atención solamente, te darías cuenta de que me he quedado sin amigos porque no me interesa nadie, me desgasta mucho. Podrías ver que mi comida favorita dejó de serlo y que mi pasatiempo y mundo de colores que me acompañaba se apagó. Además, que ya no sonrío como antes, que en las noches desde mi cuarto se escuchan las lágrimas, que ya no me interesa nada; ni el dinero, ni el amor, ni la familia. Estoy marchita y sé que esperas que yo pueda con ello, pero lamentablemente no lo estoy logrando. He visto como sacas la vuelta cuando lloro, porque se a vuelto algo tan rutinario que ya no te mueve el interés.
Quiero decirte que me siento sola, que ya te he hecho reír tantas veces, que he conversado contigo para hacerte compañía, que he apoyado tus proyectos y que me he esforzado porque jamás te sientas vacía con la idea de que algún día alguien lo haría por mí, pero al parecer no llegará. Se que crees que yo me salvaré sola, pero hoy me atrevo a decirte que por el momento no soy un lugar seguro para mí misma.