No me miento y no te miento, tú bien lo sabes
Hoy mi corazón llora en las sombras del olvido
Me has ofendido y en mi alma, mentira no cabe
A pensar te invito, ya que, mi corazón has herido
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Malvada razón has esgrimido ante mi sin pudor
A tiempo me interrogo, acerca de mis conductas
La verdad, no consigo nada que ofenda tu honor
Sin embargo, de haberme abandonado te jactas
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En el cielo hay un Dios que, para abajo, observa
El eco de ese magno cielo es lo que oigo en mi
Mal podría yo mentir si la infidelidad me enerva
Contigo fui sincera, porque yo sí, me comprometí
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No acostumbro a jurar ante nadie, sólo ante Dios
y a la vera del Señor, mis votos de amor coloqué
No creas que es un ruego, yo dialogo con mi Dios
Quiero sepas qué, no me atañe, saber tú porqué
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¡Nunca te dijeron que fue una Eva la que te parió
y tú padre era su Adán y, por mentir, Dios los echó!
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Nota:
Mi poema de hoy invita a situarnos en el principio y el fin, del desorden entre los seres humano. La Mentira. La matriz de la creación es el amor entre hombre y mujer. Pero, nos mentimos, nos herimos, nos separamos y, a veces, dejamos tras nosotros a los hijos, supuestos frutos del amor. Toca volver la página, al mundo lo destruye hoy la fragilidad de los afectos, la mentira y la ambición. Los seres humanos nos estamos convirtiendo en esas servilletas, sí en servilletas que usas y tiras. Somos racionales para pensar, no somos sólo emoción. Nos toca crear equilibrios. También, nos dijeron que el sentimiento que rompe barreras y crea fraternidad y belleza es el amor. Hoy nos hace falta enamorarnos de todo lo bueno que hay en nosotros y en los otros. Recuerda: ”Nadie puede dar lo que no tiene”. Si quieres dar amor, conviértete en Amor. Bendiciones a todos.