Dame besos, que duren la vida,
que penetren para siempre mi alma;
que mi alma, con los años en calma,
te recuerde cual fruta prohibida.
Dame besos, que curen la herida,
que adolece el corazón, sufrido,
agotando su mejor, latido,
cuando lejos tú te vas, marchando,
porque a solas, me quedo, llorando,
con mi sueño tan desvanecido.
¿Y será que tengo merecido,
tener por ti, el corazón partido?
Dame besos, que sean, tatuajes,
que perduren por siempre en mi piel;
dame besos, que sepan, a miel
y que pinten hermosos paisajes.
Van naciendo preciosos celajes
y mis labios, te están esperando,
de ternura, se van desbordando,
esperando tenerte en mi sueño;
porque en sueños, yo sueño, ser dueño,
de tu cuerpo, que tengo, trenzando.
¡Y en las noches te sigo invocando,
que tus labios me vayan besando!
Dame besos muy apasionados,
que se anclen para siempre en mi mente;
que perduren, como una simiente,
con sus dulces frutos cosechados.
Dale un beso, a mis ojos mimados,
que te admiran tu linda silueta,
porque inspira a un dechado, poeta,
con el alma fundida en sus versos,
deseando, tus labios, tan tersos,
que alejándose van cual cometa.
¡No claves en mi pecho, saeta,
porque siento que mi alma se agrieta!
Dame besos esta Nochebuena,
celebrando muchas navidades
alejando tantas soledades
y bebiendo miel de tu colmena.
Hazlo pronto, que mi alma, almacena,
el vigor que brota de tu boca
porque tanto y tanto me provoca
devorarla con mis tiernos besos
sin obstáculos y, sin recesos,
porque el alma siempre me trastoca.
Y mi verso en esta noche, evoca,
el dulzor del beso, si te toca.
Dame besos llenos de ternura,
que penetren mis intimidades
que sacien mis locas ansiedades
y destruyan toda mi amargura.
Son tus labios cual fruta madura
que mi boca quisiera comerte
y el jugo, poco a poco, beberte,
como bebe el pájaro en el río
colmando sus plumas de rocío
con un movimiento que divierte.
Dame un beso, que previo a mi muerte,
con mi beso, te diga: ¡Qué suerte!