doce días con sus minutos
doce días sin beber tu brillo
donde apolo hunde su carro
y vierten vagos mis suspiros
Un manto azul estrellado
cubre tu frente y la mía
y al moverte tus ondas
mueren en playas vacías
busco tu oído en las conchas
y tus huellas en cada camino
en los atardeceres tus gestos
en tu ausencia mis destinos
El gesto eterno se difumina
en las noches más sombrías
en los cerros más salvajes
en las tabernas escondidas
deja que sople el Meltemi
que ondea plata en los olivos
que abra ventanas y puertas
y que lleve tu aliento consigo