Cuando nuevas olas de verdad,
Levanten, desnudas sus cabezas,
Por el libre mar de su redención.
Nunca se avergonzarán…
De su descalza y mojada, intimidad.
Resplandecerán, como los despejados días de enero.
ciñendo la verdad, con los botones de la divina valentía.
Desvistiendo la mentira, a borbotones, de piel de lozanía.