Llegan otras navidades
llenas de risas y mimos;
pero el mundo está lo mismo
sin que terminen sus males.
Fanáticos promesantes
la fe convierten en ríos;
y Jesús no escucha el grito
de sus penas miserables.
Sentado en su \"hermoso cielo\"
se olvida siempre del pobre;
mas sirviendo de voceros,
los curas y los pastores
disfrutando de dinero
¡reciben sus bendiciones!
Autor: Aníbal Rodríguez.