Freddy Kalvo

De repente...

De repente, de repente,

apareció tu recuerdo,

como luminosa estrella

fugaz en el firmamento

que volando al horizonte,

dio aquel último destello.

 

Quedé mirando las nubes

preguntando al universo

¿Dónde volarán las aves,

en este mundo siniestro

donde abundan tantos llantos

donde abundan los lamentos?

 

De repente, de repente

divisé aquel ancho cielo

con la bruma y los colores

que lo pintan como lienzo

donde fija la mirada

en aquel celaje bello

contemplaron mis pupilas

lindos rayos tan reflejos

despidiendo atardeceres

con sutiles vientos frescos.

 

¡Qué hermosura recordarte!,

en aquellos viejos tiempos

jugando con las cometas

que bailaban con el viento

enredándose en las ramas

de frondosos palos secos

lloviznando aquellos ojos

gota a gota con lamento

y tu palabra amorosa

alentando iba algo nuevo

procurando la esperanza

e inventando nuevos juegos

susurrando a mis oídos

¡ya no sufras desaliento!

 

De repente, de repente

y mirándome al espejo

te pensaba y te miraba

con alegría sonriendo

con tus ojos verdolaga

tan hermosos, tan apuestos

los que siempre te pedía

porque no tenían precio.

 

Y pensando en el pasado

se me vino a mi cerebro

la caricia de tus manos

con lo tibio de tus dedos.

Y en la frente y la mejilla

muy presentes yo los tengo

con cariño, con ternura

llenos de amor verdadero;

amor, que nunca se olvida,

aunque pase y pase el tiempo

porque Madre solo hay una

y hoy llorando te recuerdo.