Joseponce1978

El regalo está en el lazo

La presorpresa roza lo angustioso para el obsequiado y rebasa el éxtasis para el obsequiante, sobre todo cuando el primero apenas está aprendiendo a suplicar y al último se le acumulan las razones para llevar el estado de suspense hasta el extremo. Al perrito se le congeló la sospecha de que los saltos estaban al caer.