Golpe de mar

Tela de araña

 

La paciencia y el cazador atemporal, 

inmóvil en la estructura aleatoria

invisible a las conciencias aturdidas,

aguardando su momento.

 

Disfruta al afilarse los quelíceros

y llenando globos con veneno, 

nunca en vano.

El metabolismo bajo es más fuerte que su ataque, camuflaje.

 

La agudeza es su destrono, 

se cumple la ley de la cadena alimentaria.

 

Al final un rojo fuego,

alaridos del enfermo en la sabana

mirando tanto hacia los lados 

que se olvidó del frente.

 

Y qué hará la araña, si es araña, 

sino tejer miedo intangible.

Ella come un día más, y vela por su trampa de mañana. 

 

Sólo es naturaleza.