Ben-.

Familias-.

 

Puede haberlas como osos:

cavernarias, oscuras, macilentas,

de pelo en pecho y que no dejen

miembro del clan con cabeza.

También existen las que son

como hormigas; todas nutren a la

madre reina.

Otras, serán como águilas,

siempre pendientes de sus polluelos,

sin dejarles vivir ni respirar un momento.

Las hay aquellas que son como abetos:

fuertes, corpulentas, creciendo al viento

y al ritmo de las mareas.

Las que no gastan un duro, ni en vino,

ni en libros, así pase un huracán o un tornado

de segunda categoría.

Las que me gustan a mí, son como abejas,

recolectan el polen de primavera, surtiendo

de miel y amor, a todo aquel que se les acerca.

Aunque, inevitablemente, están las que agreden

y son violentas, dejando muertas de miedo a las

hospitalarias obreras.

Las que no tienen nada mejor que hacer,

que asestar puñaladas por la espalda;

son las más letales y fieras.

Donde imperan la armonía y decisión,

conforme a buen criterio, trabajando

todos a una, para conseguir la meta.

Las que corrompen, las que devoran:

las que ignoran, las que aparentan.

Las que castigan de manera abrupta y dolorosa.

Las que hacen llorar de rabia al hijo

del buen vecino.

En fin, familias, como avispas, las hay

de todas las clases y tipos, perviviendo

hasta nuestros días, todas estas nomenclaturas.

(Me dejo en el tintero, unas cuantas,

que son de maravilla). ©