Nada dejó la distancia,
sólo, acaso, más amor;
prevaleció la pasión
y la perenne esperanza;
sigues muy dentro de mi alma
como, de vida, mi sol,
como la razón que encontró
toda verdad a mis ansias;
sigo añorando tus besos,
sigo extrañando tu ser
ese armonioso silencio
esa purísima miel,
esa ternura que llevo
como el tesoro que hallé...