Una fragancia leve levantina,
que suspira a mi corazón ya muerto,
verte amada, en mi mañana fría
fue mi vida con la que sueño.
Dónde estás, amada mía?
hermosa dónde siempre te veo,
y siempre en esta mañana mía
suspiró tanto porque te quiero.
Esperanza parada en mi ventanal
entre mis territorios yermos,
frágil pureza surgida de mi manantial
reviven mis pensamientos muertos.
Mis sentimientos eternos
que por ti llegaron hacer mi ideal,
hacen crujir a la brisa del viento,
siendo en mi vida mi amor real.
Si este amor que siento es vida
si este amor que siento es fuego,
quiero sentir toda mi vida
arder feliz en el cielo o infierno.