En mi vieja alforja, tengo infinidad de besos,
Algunos muy peligrosos, de los que Salí, ileso.
Hay otros más... que he escuchado, de la gente,
No los recuerdo todos, no soy tan inteligente.
Hay besos, pequeños, de despedida,
Y otros apasionados, de amanecida.
Hay besos salados, los del almuerzo,
Otros tan Insípidos, como de muerto.
Están, los más alegres, de bienvenida,
También los robados, de mujer atrevida.
Hay muchos perdidos, que van al vacío.
Los que recuperamos, que se han caído.
Están los falsos, que causan confusiones,
Como hechizos vahos, que llaman lociones.
Hay besos alquilados, vacíos de sentimiento.
Que cuando abren la boca, sale mal aliento.
Y ni hablar de los besos, que son pegajosos,
Entre más se ahuyenten, se vuelven más golosos.
Hay otros besos, los veteranos, experimentados,
Que te llevan a la luna, y a planetas no visitados.
También están los besos tristes, los de final ruptura,
Los que muy callados, dicen adiós. Y causan locura.
Están los besos de amistad, los que siempre probé.
Voltean ágil la boca, te encuadran y dicen; te lo robe.
Hay otros muy interesantes, de los que no me acuerdo.
Tal vez mencionen alguno, en un comentario, que sea cuerdo.