El mínimo roce prorrumpe un recuerdo,
y finjo a mil voces que ya no me acuerdo,
y veo mil flashes que alumbran tu cuerpo,
y a cada minuto, me siento más muerto.
y finjo que vivo y que estoy contento,
y que la alegría es mi pensamiento,
pero cuando bajo la guardia del tiempo,
de mi alma triste, escucho el lamento.
En los almanaques veo nuestras fechas,
y al pasar los dedos, me hieren sus huellas,
y busco un consuelo en mil frases hechas,
que solo tendría, si estuviera ella.