La paciencia
No podrás nunca saborear la nuez
mientras quede encerrada en su envoltura,
ni podrás obligar a la semilla
a germinar en una tierra dura.
Así las enseñanzas que recibes
madurarán con tiempo, a la sazón,
cual el grano caído en tierra fértil
como la nuez sin su caparazón.
Ahuyenta el desaliento y la amargura
deja al tiempo y al cómo tu sembrado
hasta que la cosecha esté madura.
Serás sin duda feliz merecedor
del tesoro por todos ambiciado
de la luz que ilumina tu interior.