Heme aquí, inconscientemente más conciente de lo que puedo estar.
Fumado, alucinado, filosofado.
Abstraído, sujetado por unas pinzas frías, fuera del escenario.
Estoy ubicado en el palco central de este teatro.
Observando.
Miro correr el rio del tiempo encendido,
Soy el pez que navega inmaculado en el mar sólido de lo real.
Veo a los actores, con sus diálogos pensadamente improvisados,
a la escenografìa ficticia y natural,
veo todo esto, más no me veo a mí mismo.
Cuánto darìa por verme a mì mismo.
... No me reconocería.