Hugo Emilio Ocanto

*** Sensualidad eres tú *** - Poema - - Autor: Antero - - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto -

 

Sus labios rojos, apasionados, abiertos, besaban los míos, se los comía por dentro. Mi voz llamando a su puerta y con sus ojos dorados y dulces como la miel, me decía… entra!!

 

En ese instante del sueño estaba cuando sonó el timbre. El caso es que me encontraba en ese trance de no saber que realidad le podía a la otra, que sueño era más real.

 

En una de las dos realidades, la vi como se acercaba y me llamaba.

 

Es como si mi vida estuviera pendiente de que lo hiciera y a la vez, a punto de traspasar su puerta roja, jugosa, empujado por sus ojos dorados que me decían… ven, entra!!

 

No sé por qué me vienen ahora al pensamiento palabras que la buscaban cuando, en unas de mis retiradas, dejaba huellas para mi vuelta.

 

¿Será que Ella, al llamar al timbre de mi puerta, me venía recordar que la suya la tenía para mi abierta y con sus panales de miel tostada me decía… entra!!?

 

Al tiempo que su mirada me llegaba cercana me conquistaba: Sábana cubriendo mi cuerpo desnudo me protegían del relente.

 

Su sonrisa abría mi corazón dormido, le enseñaba el color de la belleza oculta (su luz que nunca se apaga) y me seducía con su voz de agua y su mirada de miel dorada.

 

Todo es un eco que ha penetrado en mí y se repite: Su voz.

 

Dulce miel / Dulce vino / Agua cristalina bajando del arroyo / Brisa perfumada de Magnolia / Pétalos de rosas / Terciopelo y fuego / Pausas donde oigo sonidos de violines.

 

Y, si su mirada me enamora y su sonrisa me seduce, su voz me fascina y me hipnotiza. Colgado me deja de sus palabras, que son susurros dulces como la miel y embriagadoras como vino de uvas maduras.

 

Y, si todo eso es como un bello sueño, cuando veo sus labios rojos, apasionados, jugosos, puertas de entrada a su cueva encantada, y su voz que me dice… entra!!, entonces, mis ojos tienen delante un cielo inmenso, tan real como mis deseos de Ella: su piel de seda, sus manos curiosas como olas en mis orillas, sus cabellos como plumas acariciando mi cara, sus pechos insaciables y sus colinas frondosas.

 

Para ti, Mujer inmensa, realidad en mis sueños.

Sueños inmensos donde siempre nos amamos.

 

Mirada enamorada / seductora

Voz que me hipnotiza / Ecos de campanas

bello cuadro de luz / Lleno de vida

Copa de vino /de pasas maduras

 

Que es la vida si no bella pintura

que dibuja / su risa / su mirada

con el pincel de su voz / seductora

tranzando las rejas / cautivadoras.

 

Que, si no / una borrachera de besos

y una resaca / de los dos hambrientos

que se comen / con sus labios abiertos

y se beben / con apasionamiento.

 

Y soy todo aquello / en que me conviertes

vendaval / huracán de mil pasiones

que busca / dejar en tus labios rojos

el caudal / que se me fue acumulando

cuando al llegar / te hiciste imprescindible.

 

Mujer inmensa, inabarcable.

 

Es usted mi aventura interminable, por sus valles y colinas nacaradas me pierdo.

 

Cuando su voz de agua y sus miradas de miel tostada me dice… ven entra!!, me despierta del sueño y me adentro en su realidad:

Inmensidad profunda, suave, húmeda, roja de terciopelo y fuego: Sus labios abiertos, donde todo es mucho más que un sueño.

 

Mujer de mi despertar que me haces suspirar con la sensualidad de tu mirar, de tus andares, de tu forma de besar, con tu forma de amar.

 

Las huellas que dejas en mi almohada me hacen soñar con tus colinas doradas y tus valles inmensos. No te tardes, amor, que ando sediento de tus besos.