Con la brisa y el manto dorado
una tarde de verano
yacía el dios de todo lo dado
traía solo sonrisas y placeres
mientras estaba ahí tumbado
medio cuerpo en cada elemento
(hacían las veces de templo)
cogía cuanto había querido
de la arena, el mar y el viento
y era feliz en aquella playa
de oro puro y agua clara
sin más pensamiento
que por favor pasara lento
[Disfruta de mi 2º adelanto del poemario \'Poemas de sal\' aquí: https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-646447 ]