Tiene su magia.
Perder la consciencia, arrastrar malas mañas.
despertar por la mañana como un barco a la deriva
sin tener la hipocresía de querer buscar un puerto.
Conversar con ciertos muertos
de un pasado envilecido por la madurez.
No añorar llegar sana a la vejez
si eso implica despreciar algunas cosas.
De la vida ansío tanto alas como esposas
tanto infierno como edén
gusanos y mariposas
perderme más de algún tren
la victoria y la derrota
el suelo firme, y el vaivén.
Quiero amores baratos, pasionales, fugitivos,
románticos, demenciales, altivos,
quiero que no me sepan querer
y no querer si aún no he sabido.
Si se da, es bienvenido un compañero de vida
si no resulta, nada he perdido,
también hay amor en aventuras
que hacen perder la cordura
por ser derroches fugaces y furtivos.
Yo pensaba que no, pero tiene su magia.
Estrenarse un par de labios a lo canalla
sin dejar ningún testigo.
El calor de la piel, el mar, el vino
días que pasan sin prisa,
paisajes que siempre superan sus vistas,
Saberse rendido ante un fuego mezquino.
Decenas de nombres en una lista,
tener historias cual coleccionista,
Burlarse de todo el que fija un camino.
No existen laberintos sin salida
ni navaja del suicida
ni un amor a medio darse
Tan sólo primaveras consentidas
otoños sin hojas caídas
el placer de no ausentarse
en un par de ojos audaces,
ni dar por nadie la vida.