Cierro los ojos,
un día, nuevamente,
para soñar.
Quiero dormirme
que el cuerpo se abandone
en un descanso.
Ir a tus brazos
que esperan el momento
de acariciarme.
Y me adelanto.
Te hablo sin palabras
y te cautivo.
Quiero que tengas
mi abrazo en esta tarde
y mis sonrisas.
Quiero que bebas
el néctar de mis labios
y te emborraches.
En este sueño,
me embriagaré contigo
a todas horas.
Y buscaremos
la nube que nos lleve
a las estrellas.
Y ese poema,
que gritan nuestras almas,
escribiremos.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/11/21