Disculpen si les pido hacer silencio
y presten atención a lo que digo,
pues voy a referirme a quien bendigo
por darme la existencia en su momento.
Mi padre que nació de tierra buena
es como un árbol que permanece erguido
y nosotros sus ramas que han crecido
porque corre su savia en nuestras venas.
Llevamos por tu ejemplo los principios
con arraigo profundo y permanente
de ser honestos dignos y prudentes
llamados a surgir con sacrificio.
Reposa en cada uno de nosotros
la mejor enseñanza compartida,
el caminar de frente ante la vida
deseándonos el bien unos a otros.
Estamos orgullosos de tenerte
como guía ejemplar de la familia,
tu palabra es razón que no se olvida
y es la verdad que siempre está presente.
Recibe nuestro afecto cariñoso
envuelto en un abrazo de hermandades
y déjanos llenarte de bondades
así como lo hiciste con nosotros.
Queremos afianzar tu fortaleza
en los cimientos de nuestros valores,
somos tus hijos fieles portadores
de tu genialidad y tu grandeza.
Por eso mientras tengas puño y letra
no dejes que se escape un solo verso,
pues no se calla la voz del universo
ni se empaña la imagen de un poeta.