Alzo mi copa y observo las burbujas
hervir sin fuego, volar y chispear
como pidiendo poder besar mi boca
acariciar, bautizar mi paladar.
Respiro a fondo su aroma, su perfume
guiñan sus ojos, me invitan a bailar
la danza eterna de Baco con las musas
mientras el arpa no para de trenzar
bellos tapices de música y de sueños,
miro tus ojos y ya no se escapar.
Beso tus labios y el corazón me hierve
como la espuma de un infinito mar,
como la nieve que estalla en nuestras copas
y se derrama en tus senos al besar
esos ojazos que embrujan mis sentidos
y me llevan cuativo hacia el hogar
donde las llamas pelean con la sombras,
sonde los leños crepitan su cantar,
donde la alfombra acaricia nuestros cuerpos
que se entretejen en un solo telar,
donde el día y la noche se fusionan
en un abrazo hacia la eternidad
donde no existe el tiempo ni el espacio
solo tu, solo yo…¡no hay nada más!