Una tarde, caliente de verano,
me trajo el aire bello de tu aroma,
una flor en un pico de paloma
Y una canción perdida del arcano.
Llegaron tus palabras a mi mano
para cambiar mis versos por tu idioma,
el de una luna blanca que se asoma
al conjuro de tu amor americano
El cielo recompuso su coraje,
la tierra dio raíces a la lluvia,
borraron las miradas sus agravios.
Se desbordó el silencio en el paisaje,
y un agua dulce derramó en la zubia,
el mismo zumo que bebí en tus labios.
Claudio Batisti