Conocí a estas cigarras cuando de repente emergieron debajo de la tierra.
Viniendo de abajo; renacen como zombis, este regreso no es por casualidad y nunca morirán.
Se despiertan de un sueño eterno, buscando alimentarse en la cálida luz del sol brillante.
Los gritos de apareamiento, bastante fuertes de las cigarras me mantienen despierto, y me tapo los oídos para no escucharlas.
En pocos días cubren la superficie de la tierra, miles de ellas gritan para que la tierra se estremezca.
Estos gritos fuertes y alegres no se pueden olvidar, renacen cantando y mueren cantando celebrando su libertad y dándose ellas a conocer.
Después de un corto tiempo, siento que prefiero llenarme los oídos con tierra que seguir escuchando gritar.
Algunas personas escucharán estos gritos de apareamiento como una mezcla musical; de armónicas, maracas y flautas, que despiertos los mantendrá.
No hay escapatoria a un sonido hecho por criaturas inmortales que golpean pacientemente el tiempo.
En todas partes, regresan de la tierra bajo nuestros pies con su música que hace vibrar todo alrededor.
Estoy sin dormir desde que regresaron y no puedo soportarlo, enterré mi cabeza bajo tierra como el avestruz, para finalmente descansar.