El destino entendido como camino histórico,
marca mucho, es la sangre elevado al infinito,
no es derrotismo, es llegado el momento,
saber quién es tu amigo y aliado y quién es tu enemigo.
Los que hemos estado en el infierno,
vemos cualquier luz, cualquier atisbo,
con energía,como fuente eterna de positivismo,
también somos conscientes de cuál es nuestro destino.
No es estar en el cielo con beneficios alados,
ni serpeantes colores, somos del suelo, del pueblo llano,
la corrupción nos repugna por muy nimia que sea,
se ven continuamente seres putrefactos e indignos.
Es importante no traicionar tu sendero ni tu destino,
sentirse honrado de tus camaradas y soldados,
con los que has luchado contra el oscurantismo,
es muy bello serle fiel a tu destino.