Es el viento
y es mi cuerpo que se doblega.
Me vuelvo flexible como el bambú,
temporal que intenta arrancarme de raíz.
Y en ese momento soy Tierra
me fundo y me adentro...
Me puedo volver roble
con venas de savia
y mi epidermis es corteza.
Huelo a tierra
me vuelvo fuerte
resurge la vida
me nacen raíces.
Vuelve el viento
clavo mis uñas como garras
en esta húmeda tierra.
Me vuelve el pulso
y huelo la sangre de mis venas
soy animal y las garras mi defensa
Entre mis dientes vísceras
de sombras inquietas...
Vuelvo al cuerpo neutro,
cuerpo húmedo y profundo
y de nuevo semilla
y con lágrimas progresan.
Y a veces barro
y a veces tan solo tierra.
No me abandones nunca
déjame ser animal o simplemente flor.
Deja si el viento aparece
que sin poder acariciarme
enoja por el deseo
de llevarme, de donde
a veces soy barro
y otras veces tan solo tierra.
Yolanda Aguilar N.