Los dioses, en pleno consenso,
Establecen sucursal en tu casa,
Te iluminan, te arropan, te abrazan,
Deidad de los bailes intensos.
Leíste y firmaste el contrato,
Lo que resta es vitalicio,
Adornarás de verano el solsticio,
Unirás con tus giros estratos.
Regirán tus caderas los ritos,
Avivarán tus siluetas el fuego,
Y cumplirás también, desde luego,
Este, tu único requisito:
No privar al mundo, chiquita,
De ese bailar que encandila.
Esperando estamos, en inmensas filas,
Zamias, rosas y tus danzas exquisitas.