J Alfredo MV

2 de enero

Las cosas no cambian

a nivel individual,

el tiempo y nuestra concepción

de un conteo de este,

son mundanos e irrelevantes

además de útiles,

cómo el nombre que le das a uno

de múltiples gatos.

Los hombres que hoy son ancianos

pensaron las mismas locuras arrechas

que los chicos de hoy de dieciséis años,

cuando tuvieron dieciséis años,

a su ritmo, en su época y con los suyos

al cabo los mismos.

Apuesto a que la sorpresa

que manifestó una niña

al ver su cuerpo sangrar por primera vez

hace 100 años, será igual,

a la que experimentará mi hija.

Podés esperar una fecha,

un sortilegio, un año nuevo,

solo serán nuevos números,

las mismas casas, con diferentes arreglos,

y otro calendario en la pared.

Un nuevo corte, pantalón o sudadera.

La misma persona.

Podés esperar una señal,

Podés hacer un juramento,

Meditarlo, planearlo, fijarlo como meta.

Al final del día no es así cómo cambian las cosas.