Mirando desde afuera
se puede desafiar el egoísmo,
quizás detectar las falsedades
se puede dialogar consigo mismo.
Mirando desde afuera
se puede confesar
que la ternura determina lo errático del vuelo
Confundiendo la espuma sobre el mar,
con la danza de nubes en el cielo.
Mirando desde afuera
es más fácil, las penas no se agolpan
las sombras no te aplastan
las luces no deslumbran, la dicha no te embarga
¡Lo nuevo no te asombra!
Mirando desde afuera
ves la lumbre consumirse,
compartida entre lo real y lo ficticio
puedes oír su llanto silencioso
levitando al borde del abismo.