Nostalgias arrastra el alma
y el alma va adolorida
¡Ay la vida, dulce vida!
Si deseo mi alma en calma,
alta, esbelta como palma
y erguida viendo al futuro,
de seguro, lo aseguro,
veré un nuevo amanecer
encontrando otro querer
con un corazón más puro.
Eso siempre lo procuro
y no siempre es tan seguro.
Contra espada y contra el muro
siento el alma fallecer
y un dolor sin merecer
en camino claroscuro.
Y aunque a veces me sulfuro
voy pintando nuevas huellas
demoliendo las querellas
que me impiden caminar
porque siempre he de viajar
al confín de las estrellas.
¡Cuando te enamoras de ellas,
siente el alma cosas bellas!
Y al mirar lindas doncellas
con la niña de mis ojos
mis mejillas con sonrojos
brillan como las centellas.
Y si el alma me atropellas
cuando esté yo enamorado
ya tendré el cielo nublado
que llorando gota a gota
lloverá por mi derrota…
¡Cuántas veces me ha pasado!
¿Qué es estar enamorado,
si no vivo apasionado?
Cuántas noches ha costado
cuántas noches con desvelo
cuántas noches con recelo
con el sueño trasnochado.
Pero nunca he desmayado,
contra viento y la marea.
No se ofusque, no me crea,
porque aquí sigo en la marcha
porque mi alma no se escarcha
cuando alegre se menea.
La derrota siempre es fea
pero el hábil la sortea.
Y sorteo la derrota
con mi vuelo decidido
cual cupido enardecido…
¡Porque el tiempo se me agota!
Miro siempre la gaviota
que volando liberada
va fijando su mirada
en la meta definida
hasta que la ve cumplida
en aquella marejada.
Y hoy con mi alma enamorada…
¡La derrota es derrotada!