Noche de negro manto, a la espera de una estrella
Brisas que desde el océano acarician la palma y el árbol
Para reposar en tu pelo, libre, exuberante
Iluminado de sueños, entre verdes de montaña y río
Mariposas que revolotean entre flores brillantes
Carpinteros colgantes cumpliendo promesas
céfiros frescos y rocíos ataviados de esperanza
Como el agua indomable rompiendo entre ventanas
Bajo el cielo del verano, hilado por mantos de nubes
El almizcle del sur nos envuelve y libera
Montañas virginales de indomables cascadas
Sobrevoladas por lapas enrojecidas de entregas
El suyo es fulgor selvático donde se abandona el océano
Ojos absortos acariciados por olas
Celajes cual maderas al poniente de un verso
Promoviendo el abrazo estimulando los besos