Hace apenas unas horas,
como tantas otras veces,
te apartaste de mi vera,
sigilosa, como siempre.
Llegaste por estas fechas
terminado ya Diciembre,
en los albores de Enero,
entre campanas y gente.
Yo, buscaba la frescura
novedosa, diferente;
fantasía renovada
de cuerpo y garbo candente:
una gran silueta esbelta
de atributos imponentes
para solazar la hoguera
de un corazón siempre ardiente.
Una ambición desbocada
por alcanzarte y tenerte
convertida en un anhelo,
un deseo vehemente,
ayudándome a olvidar
como tantas otras veces,
la amargura producida,
-de manera tan silente,-
por las otras como tú,
que desdeñaron mi suerte.
Con el paso de los años,
se da cuenta aquel que quiere,
que la nueva esperanza
de atributos imponentes
es la Ilusión de año nuevo,
que en quimera se convierte:
aquel sueño idolatrado
que toda la vida mueve.
Hace apenas unas horas,
como tantas otras veces,
te acercaste por mi vera,
sigilosa, como siempre;
en el albor de este Enero;
entre campanas y gente.
Yo, buscaba la ilusión
renovada, diferente…,
porque ilusión y esperanza
es lo último que se pierde.
Rafael Huertes Lacalle