El mundo para cada ser que nace
es un mar, donde se aprende a batallar
porque hay que luchar para salvarse
y por instinto, se aprende a nadar
Volverse un gladiador es necesario
para poder salvarse en ese mar
que aunque nunca haya sido entrenado
pero para existir, tiene que luchar
Aunque sea un mar embravecido
cada ser, crea su mundo sin parar
y lo va a su modo diseñando
desde que su mente empieza a crear
Cada quien de su vida es su arquitecto
dibujando ilusiones sin cesar
pero a veces, se quedan en bocetos
muchas metas que se quieren alcanzar
Siempre se desea obtener lo deseado
muchas veces, se obvian cosas sin pensar
que hay montañas de riscos escarpados,
los cuales impiden poder continuar
También se pueden encontrar abismos,
que obligan a tenerlos que esquivar
y así, lograr no caer al fondo
de donde nadie, puede a uno rescatar
Pero ese mar, que es siempre un torbellino
hace a veces, a cualquiera naufragar
y al sentirse, un náufrago y vencido,
sin fuerza y agotado, deja de luchar.