Francisco Ruben Perez

Queridos Reyes

Este año no espero nada

pues nada fue el pasado año

mi oro impalpable de antaño

se quebró con la mirada,

fue una imagen obligada

en una bruma ilusión

que despertó al corazón

clavándose como lanza,

en un barco de esperanza

hundido en desilusión.

 

Por eso no espero nada

y sin espera no hay daño

me sentiré como huraño

tumbado en la barricada,

y mirando la alborada...

cambiaré de situación

y subiré al galeón

con los sueños en balanza

cayendo a la vieja usanza

por ser buena tradición.