Leandro Rodríguez Linárez

INTITULADO CDLVII

Siempre quedas tú,

al final de las ruinas de cada día

o en las exequias de la noche trova,

siempre quedas tú, intacta.

Cuando el sol ahoga las siluetas oscuras

o cuando la luna las revive desde su exilio,

allí estás, como un arma

contra la venganza de la palabra soledad.

 

Siempre quedas tú mujer,

escondida en mi palabra soledad,

en el corazón escudado de ocasos y albas,

acompañándome mientras estoy solo de ti,

mientras todo sucumbe al robo del tiempo,

siempre quedas tu… intacta.

 

 

LRL

5-1-2022