Mis ojos no te han visto pero mi alma te sueña;
a traspasado muros, distancia años,
miles de años, tantas vidas eternas.
Te conozco de antes, de siempre
de infancia bulliciosa, de juventud valiente,
de trajes desgastados, de carretas y puentes
de palacios lujosos, de capillas ardientes.
Cierra los ojos, viaja, dame tu mano, vuela,
bajo la fría nieve, sobre cálida arena,
en la isla lejana, o en la plaza desierta
entre la muchedumbre, pero siempre a la espera.
No hay encuentros causales, todo está en esa pieza
que dibuja el destino, que nos marca la fecha
es llegada y partida, es la búsqueda eterna
que nos lleva a esa casa donde se abre la puerta.
La puerta que encontramos al mirarnos de cerca
y comienza la vida, y la dicha se extrema
miles de mariposas bajo la piel despiertan
sueño de enamorados, magia que se apodera.
No, mis ojos no te han visto, mas presiento la esencia
es tu ser, aquí justo a mi diestra, solo extiende tu mano,
rompe la niebla espesa, estamos frente a frente,
de nuevo el tiempo acecha.