Ben-.

Preguntas constantes-.

Yo sólo tengo preguntas.

Las dudas necesarias e innecesarias.

Los catecismos insignes y planeados,

que se queden en las catedrales o en las iglesias;

no tengo nada en contra de ellas.

Pero tengo mil preguntas, y ninguna o pocas

respuestas. Y no las alimenta el aire, no se acogen

a sagrado, ni las sustenta el viento volador.

Son como cintas que de mí cuelgan, son como

etiquetas de vapor. Donde el fuego me quema,

y peligra mi labor. Soy una enorme pregunta,

una inmensa cuestión, un interrogante sin pausa,

un laberinto de emoción.

 

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