Yo quería escribir lo que estaba sintiendo, pero mi corazón estaba demasiado débil, tan agotado estaba que mis manos no sincronizaban con la parte de mi procesamiento mental.
Yo quería escribir todo, pero todo era demasiado, y parecía que esto que yo tenía en mi pecho no tenia de alguna forma un orden para ser explicado, no se podía expresar, no se podía…
¿Qué era?, ¿Qué es?, ¿acaso dolor, insatisfacción, una especie de nostalgia o una especie de agradecimiento endeble que suprimía la parte feliz de mi yo triste?
Yo solo sentí como una lagrima cayo, y me dije a mi misma: ¡al fin, al fin algo salió algo! Solo Dios allá riba sabrá qué es esto… Quizá ambas cosas, esa dualidad de ver al mundo arder en una especie de clemencia esperando que la alta marea de los males baje, porque saben, el mundo afuera sufre, y sangra, y llora. Yo lo he visto, he escuchado las voces de las victimas cantándome sus historias, y me ha dicho un anciano en son de burla: Y no lo has visto todo. Pero yo me lo he ya imaginado. Y eso me hace sentir y pensar - No soy la excepción en alguna forma. Pero también esta esa otra parte de la que antes dije, esa satisfacción de hacer algo bien, esa dicha de levantarte al alba y ver el principio de algo, que no todo ha acabado, pero que también no ha acabado. ¿Qué estaría bien en esta frase? Nada ha acabado. Tanto la hambruna como las oportunidades, tanto la corrupción como la recuperación del enfermo, tanto el abandono de un padre como el nacimiento de un ser esperando. Esa dualidad de mal en el mundo y bien a la vez. Ese ardor en el pecho por las nostalgias como esa felicidad por las esperanzas. Las despedidas y las bienvenidas. Nada ha acabado, tanto el peso de un amor perdido como el redescubrimiento de un amor encontrado.
En el mundo hay emigrantes sin paz y sin pan,
hay niños que van con ellos.
En el mundo hay niños abusados,
hay mujeres maltratadas por hombres que juran amarlas, pero te juro que los he visto y en realidad no hay amor en sus palabras.
En el mundo hay gobiernos que dicen hacer y no hacen, profetizan cambios y en las calles sigue habiendo jóvenes, niños y ancianos a las cinco de la mañana buscando oportunidades. En el mundo hay…
hay iglesias que se contradicen en la retórica de sus acciones, no son más que vanas instituciones prometiendo cielos falsos.
En el mundo hay prostitución,
abuelas extrañando a sus nietos,
hay abusos sexuales,
asaltos,
engaños, les quitan a quienes no tienen nada.
En el mundo hay desigualdades,
discriminaciones,
libertades y encierros.
Hay pandemias,
hay drogadicción y alcoholismo.
Padres que no quieren a sus hijos e hijos que no quieren a sus padres.
En resumidas cuentas y en resumidas palabras hay hambre de todas las hambres, hay hambre de amor
…Cosas inexplicables: milagros, resurgimientos, amaneceres y anocheceres estrellados, lluvias bañadas de brisas que hidratan la tierra y ríos que limpian el alma.
Hay esperanza, fe, montañas y volcanes, hay música, arte: pinturas, esculturas
¡Hay museos! Que nos muestran lo que hubo tiempos anteriores, hubo guerras, las hay aún.
En el mundo en cualquier tiempo, hubo gente que nunca entendió lo que pasaba, existieron unos cuantos que quisieron entender, pero nunca llegaron a la meta.
Lágrimas de felicidad, nostalgia y dolor.
Hay muertos sedimentados debajo de nosotros que nos aseguran el destino próximo.
Gente buena y gente mala
Seres que edifican y seres que destruyen
La bondad y la maldad no conocen sexo ni nación.
Y yo quería escribir esto, y no entiendo ni se explicar lo que me estaba pasando, me estaba pasando el mundo y su peso es demasiado para cargarlo en mis manos.
El mundo es el mundo, una dualidad ininteligible de bienes y males.
El mundo es el mundo y como me dijo un amigo que le dijo alguien: La vida es la vida.