Unos
se hunden en ajenas
profundidades.
Otros, en sus adentros inexpugnables
por el peso de culpas
y lastres
inconfesables.
Unos más, en abismos
extraños
de oscuridad y de misterio.
Otros más,
son hundidos por hechos y palabras
de terceros.
Pocos
se sumergen
en las aguas de la inmortalidad
y de la historia
por el peso de su gran
corazón
e intelecto.
Bolívar Delgado Arce