Últimamente me he sentido raro,
quizás porque he tratado de abarcar
lo inmenso de tu amor…
en uno o dos poemas,
de 10 o 3 que he hecho.
Podría ser,
porque se escuchan murmullos
de que supuestamente me gustas,
y digo supuestamente,
porque en los murmullos hay una verdad…
aunque no tan grande (aún) para gritarse.
Quizás me siento extraño,
porque me gustan tus abrazos
siendo mi amiga,
aunque de un pastel de tus labios,
quisiera se escapase alguna miga,
porque no soy tan hambriento de vos…
en estos momentos.
Existe la posibilidad,
de que sea un delirio evitable
el que tengo de tomarte la mano al caminar,
lo extraño es que el delirio existe…
e inevitablemente algún día
espero no poder evitarlo.
Raramente,
me gusta pensarte
bajo un romance que se alimente
de las tertulias al aire,
hablando de lo musical de vos,
de lo literario que soy…
Y tan bonita que sos,
que comúnmente no me doy cuenta
que raramente me gusta que usted me guste.
Me siento un poco inexperto,
en eso de leer poemas como genio,
y encontrarte de vez en cuando en ellos.
Encantado estoy,
de tenerte en mi vida,
somos como un fuego y un hielo,
similarmente muy diferentes,
existiendo y queriéndonos
sin ser muy exigentes.
No te ilusiones porque parece,
y acontece
que este poema es suyo,
sin embargo, “mi estimada”,
no le pertenece.
Que te escapes a mi amor,
en cualquier momento,
significa que no tiene un significado,
porque en el frio busco tu calor,
pero no quiere decir que de vos este tan encantado.
A vos te quiero sin romance en medio
existiendo incluso el sentimiento,
porque no es insólito este poema
como cuarzo encontrado,
y en palabras declaro;
lo raro que es sentirme raro a su lado.
Si le parece,
que usted poco a poco me va enamorando,
no se alegre tanto,
porque tres poemas no hablan
de que usted amiga mía,
me vaya gustando…
con cinco tal vez cambia el caso,
no se alegre tanto…
solamente porque este sería ya el cuarto.