Intentaba volar en la noche arqueada
Profunda de oscuridad, llena de inmensidad y silencio
Pero sus alas estaban rotas y su mirada perdida
Confundía las tinieblas, con el desierto olvidado
Abandonado de ilusiones, entre simunes y arenas
Transitaba por callejones del alma, lúgubres, abandonados
Reposando en camas ajenas, vestida de aflicción y amnesia
Con sus ojos salvajes transmutados en porcelanas
Y sus manos de coraje en aceros oxidados
Llegaba entre nubes negras, confundiendo el desierto con el agua
Intentaba volar, pero su espíritu ya no era ave
Era silencio de entraña, con ilusiones ahorcadas
Sin sonidos, sin latidos, como esperando la nada
Como llovizna sin agua, como río sin montaña
Pero ella, nunca olvidó lo que amaba
Volar siempre anhelaba, sobre la mar en la noche arqueada
Encender farolas y esperanzas, como estrellas doradas
Saltar bajo la lluvia, cantar de madrugada
Ella quería ser viento, húmeda como tierra anegada
Su mirada en la lejanía esperando lo deseado
Amor de libertad sin género
Aunque las alas estén quebradas