Quédate…
todo va a cambiar…
podemos volver a empezar,
podemos olvidar…
y comenzar una vez más…
No podemos alejarnos y seguir,
evitemos la tragedia del adiós,
intentemos nuevamente superar esta aflicción…
a pesar del desconsuelo que causó.
No dejemos que el rencor nos ofusque la razón,
lo podemos resolver,
podemos aún hablar y superar el sinsabor,
lograremos corregir y ser mejor.
No nos dejemos destruir por un error,
no podemos renunciar a nuestro amor,
no debemos sucumbir ante el dolor.
Quédate…
estoy seguro que aún podríamos soñar,
y podemos ser feliz,
solo déjame intentar,
remediemos esta angustia que sentimos,
aliviemos esta pena que vivimos,
destruyamos el pasado…
y miremos adelante…nada perdemos con probar.
No debemos resignarnos…aún no.
¡Quédate! …entre lágrimas susurró…
¡Quédate por favor! ...me suplicó,
y no supe que decir…
y el silencio me invadió.
Al mirar sus tristes ojos …
desbordados de ansiedad…
la abracé con desazón…
la sentí ya sin pasión,
y así fue que descubrí…
que nuestra historia terminó,
no fui capaz de perdonar…
y me fui…me fui de ahí…
me pudo más la decepción de su traición
y la dejé…y me marché…
y no volví…
nunca jamás.
“El amor es tan delicado y frágil…
tan transparente y claro …
como un fino cristal,
y si un día...sin pensar lo quiebras…no lo podrás restaurar,
y si lo intentas...jamás quedará igual”.