Alberto Aguayo
Solo un suspiro salió entonces…
Y en mis sentidos se quedo,
Una lagrima en mi recuerdo se grabo.
Una caricia tatuada en mi piel se durmió,
Pero jamás nos dijimos adiós.
Y a pesar del adiós que jamás se pronuncio
Jamás te volví a ver con ojos de amor.
Dormimos juntos bien lo sabe dios
Pero aquel amor tan puro se murió,
Dejamos que la costumbre nos acogiera,
En su puerto de penumbra,
Fue entonces que el silencio, creció y creció,
En una barca sin retornos, nos embarcamos los dos,
Tú navégate hacia el norte, yo navegue al sur,
Y así la distancia nos separo,
Hoy no hay una palabra de amor.
Ni de ira, ni de odio, ni de cariño,
Solo quedo un silencio profundo entre los dos.