Daniel Memmo

Sopa de alfileres

 

Es hora de cenar…,

inflamarme  como un sapo,

llenar la barriga de puro merito,

apuntalar mis codos y a abrir la boca,

tragar a hasta rebalsar y agradecer…,

el menú  que recomendaron los eruditos,

yo solo quería un plato caliente,

con la aroma del pasado,

sentir el paladar como un boleto al ayer,

pero la carta apresurada te obliga a tomar el caldo..,

la sopa de alfileres,

es hora de inflar mi panza,

eructar  la aroma que esta de moda,

rápido!!,

los comensales esperan como enfermos,

que abandones la mesa,

la sopa de alfileres se toma sin tiempo,

apresurados…,

 no se sopla su vapor…,

se come sin perder el ritmo..,

como un engranaje ,

se come,

se alimenta la vida,

se busca la foto sonriente,

la sopa de alfileres,

se vende como una pócima que recupera un viejo amor,

desesperados lo beben,

aquellos que buscan  su destino siguiendo su destino..,

la oración de la pagina que indica el salmo,

de tu día de ciervo esperando expirar para tener tu parcela de triunfo,  

quizás convencido que su nacimiento coincide con la casita en Plutón,

la luna con cara de creciente sonriendo en una selfie,

se descuido y tu naciste robándole  polvo de estrella,

es la sopa de  alfileres…,

que te ofrece como manjar  el lobo disfrazado de lobo,

y tu sonríes…,

sueñas  ser como él,  mientras masticas los alfileres,

te aflojas el cinturón burlándote y criticando  aquellos que comen tierra,

para aguantar el hambre,

nadie puede comer alfileres dijo un convencido,

mientras miraba  hipnótico la pantalla,

y recitaba la lectura de un cuento de poca ciencia

y muchas promesas…,

comía esa sopa…,

que él la llamaba menú del día.

 

      Daniel Memmo