Ahí un rostro rígido
huyendo de si mismo, de su propio mundo,
intestinos angustiantes
intentando destruir la realidad...
nadie quiere morir
nadie quiere morir;
porque perder el control no es opción
es la vergüenza del que dirán...
y la espontaneidad se esfuma... se pierde en la lejanía de las estrellas
y voy perdiendo el hilo de las conversaciones