Hugo Emilio Ocanto

*** Un ebrio desesperado *** -Monólogo teatral - - Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto -

Un ebrio desesperado

Se levanta el telón.

(Una habitación increíblemente

sucia y desordenada.

Botellas vacías sobre mesa

y piso. Un pequeño ropero

con su espejo roto.

Una cama. Sobre ella,

Néstor acostado

casi totalmente desnudo.

42 años. Se reincorpora

quedando sentado

al borde de la cama.

Mira al frente

con mirada absorta.

Distante. Perdida...)

¡Paula! ¡Paula!

¿Vienes o no vienes?

¿Dónde diablos estás?

¡Dame un trago!

¡Un trago para seguir

marcándome la vida

con angustia y desesperación!

Todos ustedes han de estar

riéndose de mí...

¡Y yo me río de mi vida!

¡Paula! ¡Te digo que vengas!

Te llamo y te llamo...

y no venís...

¿Por qué?  ¡Atrévete a presentarte!

¡Después, al final, siempre

sales diciéndome

que soy un loco

borracho!

¡Siempre!

¡Pero no te das cuenta

que mi desesperación

es por no tenerte!

A vos, ni a mis hijos,

ni a mis padres...

¡Todo me lo quitaste!

Todo quiero volver

a recuperarlo pero

tú no quieres.

¡Hazme caso, Paula!

¡Tráeme más alcohol!

¡Más bebida. Mi vida!

¡La única compañía!

Me dices que desvarío.

¡Que tengo la culpa

de todo lo negativo

que nos pasó!

¡Eres tú la que estás loca!

¡Devuélveme todo lo que

me sacaste!

¡Devuélveme todo lo que

dices ya no me pertenece!

Todos éramos felices...

¡pero ahora ya no tengo nada!

¡Por mi culpa me dices!

Por mi culpa...

¡Soy adicto al alcohol

me dices!

¡Qué sé yo!

¿Qué sabes tú

lo que es la soledad?

¡El desamparo...!

¡Paula, ven te digo!

¿Dónde tienes escondidos

a mis hijos?

¿Siguen yendo a la escuela?

¡Contéstame! ¡¿Te crees que

estoy loco?!

¡Paula! ¡Ven Paula!

¿Cuánto tiempo

hace que me has abandonado?

Y yo aquí... solo y sin nadie...

¿Dónde está el alcohol?

Ni siquiera del

puro tengo...

Tengo hambre...

Tengo sed. ¡Alcohol para

apagar mi sed!

Y no tengo nada...

Ni familia, ni pan,

ni bebida... ¡Paula!

¿Vienes o no vienes?

¡No tengas miedo!

¡No voy a volver a pegarte!

¡Me cortaría las

manos antes de volver

a hacerlo!

¡Paula! Ven o te destrozo

la cara a trompadas!

¡Ven te digo!

¿¡Dónde están los chicos?!

¡Me dejaste aquí abandonado

como a un perro sarnoso!

Estoy sin empleo,

sin dinero, sin mis hijos

sin ti, sin comida,

sin bebida! ¡Paula!

No seas desgraciada

y ven cuando te llamo!

¡Cuando vengas te voy

a trompear!

Todas estas botellas

vacías... ¡Ninguna tiene nada!

¡Ni una gota!

¡Paula, tráeme una botella!

Ya que no quieres estar

conmigo, mándame esa botella

te digo!

¡Loca estúpida! ¡Te piensas que estoy

loco, y no quieres hacerme caso!

¡Me quitaste todo lo

que ahora no tengo,

y tampoco me das

el gusto de traerme

una botellita de vino,

aunque sea!

¡Pero me las vas

a pagar! ¡Te voy a desfigurar

la cara cuando te agarre!

¡Mala, mala, mala...!

¿Por qué me torturas

con tu ausencia y

la de mis hijos?

Tráeme un pedazo de pan

Y un poco de alcohol.

¡Un vasito aunque sea!

¡Lo necesito... lo necesito!

¡Para poder seguir viviendo!

¿Viviendo feliz? ¡No!

¡Viviendo en mi desgracia

y en mi soledad!

¡Paula, tráeme a mis hijos!

¿No te das cuenta

de mi angustia?

No seas mala...

¡Ven te digo!

¡Qué silencio

que hay en este tugurio!

¡Música! ¡Quiero música

para alegrarme el alma!

Música... pero no tengo

radio... nada para que

apague este silencio

sepulcral... ¡Paula!...

¡Ven a acompañarme!

¡Y tráeme a mis hijos...!

( Camina por la habitación.

Se detiene. Toma una botella.

Vierte en un vaso... Nada.

No tiene alcohol.

Se sienta en una silla

destartalada. Apoya su cabeza

sobre la mesa, y se pone

a llorar amarga

y desconsoladamente.

Alguien golpea

en la puerta de su habitación.)

Telón baja lentamente.

Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto- 10/06/2012)